Son como dos mundos completamente separados, el mundo del ser que mira la realidad desde sus sentidos, que reconoce lo material, lo tangible y lo visible. El mundo del ser que se mueve en el espacio y que conoce el tiempo, que se percibe a sí mismo como un individuo separado, y habitado en un cuerpo concreto.
Y El otro mundo , el mundo del SER, que está fuera de las coordenadas espacio temporales, que es CONCIENCIA pura, que está detrás de toda experiencia, en ningún tiempo y en ningún lugar.
En un solo evento sincrónico desaparece la dualidad, en esa sincronía comprobamos que todo está dentro de una misma TOTALIDAD, y lo que existía como posibilidad en ese VACÍO acaba materializándose al hacerse forma concreta.
Esos aterrizajes que bajan en un instante hacia nosotros irrumpiendo en nuestras vidas como si fueran milagros, son lo que realmente quiere ser vivido en nosotros y se nos muestra para seguir su rastro.
Hemos de estar muy atentos a esas señales misteriosas que de forma mágica salen a nuestro encuentro, sin haberlas pedido y sin previo aviso.
Para poder ser testigos de todo cuanto tiene que ver con el SER, hemos de desprendernos de los superfluo, en la superficie solo están los detalles sin importancia, ahí solo se encuentra el más de lo mismo, y en esa repetición automática del devenir de los días, no hay ningún aliciente ni ninguna motivación que dé sentido a nuestras vidas.
Con la repetición sin sentido, enseguida llega el hastío, y en ese aburrimiento desaparece nuestro real SENTIDO de SER.
Hemos de estar muy abiertos para encajar lo imprevisible, muchas veces supone un giro en nuestra historia personal, y si no estamos atentos, seguimos en la inercia de lo conocido y ese hábito nos lleva siempre al mismo lugar, que puede no ser el LUGAR que nos espera para realmente SER lo que originalmente SOMOS.
Cuando se dan en nuestra vidas este tipo de sincronías que nos sorprenden, empezamos a darnos cuenta de que formamos parte de una conversación mayor, y que nos debemos a ese relato que se da en cada instante, que sin duda es de un orden superior, que posee una inteligencia mucho mayor.
Un solo instante puede hacernos girar el rumbo de lo predecible completamente.
Por eso hemos de estar muy atentos y en estado de alerta vigilante constantemente.
A veces esas sincronías nos golpean fuertemente, y no es porque la VIDA sea mala o porque tenga interés en hacernos daño, al contrario, si el golpe es fuerte, es porque necesitábamos una sacudida potente para activar la energía del alma, que estaba adormecida, narcotizada o perdida.
Estas sincronías nos ayudan a conectar los dos mundos, es importante no poner trabas a las señales, no resistirnos a ellas, pues si no las seguimos, la siguiente sincronía lo hará de forma más brusca, si con la suavidad no nos enteramos, seguro que con la brusquedad lo hacemos.
Nada ocurre por casualidad, todo lo que nos acontece es por algo y para algo.
Cuando los saltos son bruscos, es que el giro nos habla de un cambio de órbita, como ocurre con los saltos cuánticos de las partículas subatómicas.
Un cambio de órbita no es un ligero cambio en aquello que veníamos haciendo, supone un cambio de todo lo que veníamos siendo porque se quiere de nosotros otro emplazamiento, con otras condiciones, otras formas, otros lugares….
Hay que estar atentos para descifrar bien estas señales, porque desde nuestros códigos habituales de lectura de la realidad, podemos no comprender qué es exactamente lo que nos quieren decir.
Estos saltos suponen un reencuentro con lo más nuestro, supone una conexión de nuestro propósito con nuestro SER.
No es nunca un propósito del ser, sino un propósito del SER, esto es de orden superior, por eso el pequeño yo lo desconoce, sino es revelado, no sabe de qué se trata, para acceder a esa información hemos de cambiar de paradigma, esto supone percibir la realidad de forma totalmente diferente, una percepción dilatada y amplificada acorde a otro plano de consciencia.
Atentos a cuando nos ocurren estas cosas que parecen no encajar con nuestra realidad cotidiana, dentro de esas sincronías hay una información muy valiosa que lo que pretende es que despertemos para alinear nuestros destinos en la misma dirección que es la de la evolución del universo.
Estas sincronías siempre soplan a nuestro favor, nunca en contra.
Todo esto necesario para ayudarnos a conectar los dos mundos en apariencia separados.