No vivimos dentro de la mente, es la mente la que vive dentro de nosotros.
Es paradógica esta especie que cede el poder de su existencia total a la mente, ella lleva el timón de nuestras vidas, nos creemos todo lo que ella nos cuenta, sea lo que sea lo tragamos como si fuera una verdad irrefutable.
Tenemos tendencia a generar relatos mentales contraproducentes, somos hábiles en autodestruirnos, porque fabricamos historias que nos hacen daño y vivimos según lo que ellas nos aconsejan que vivamos.
Si la observación tiene cuánticamente un poder inmenso, si los físicos nos dicen que la realidad es según la observamos, podemos hacer uso de esto para poder crear otros relatos que en lugar de destruirnos, nos beneficien. Si somos libres, pongamos intencionadamente la atención en aquello que nos genere libertad, es cuestión de enfocar.
Poner la mente a funcionar a nuestro servicio, es usarla de manera inteligente, no creernos a pie juntillas todo lo que ella a su libre albedrío maquina, también lo es.
Es un entrenamiento que requiere observación constante para ir cada instante enseñándole a la mente a ponerse a nuestro lado, no es lógico que se ponga en nuestra contra, si vive dentro de nosotros.
Sería como el perro que se muerde su propia cola, nadie de forma consciente se haría daño a sí mismo, entonces por qué generamos pensamientos tan dolorosos para nosotros ?.
Es curiosa esta especie que se cuenta a sí misma tantas historias apocalípticas, tantas películas de terror, tantas escenas dramáticas, tanta sospecha, tanta conspiración, tanta amenaza.
No sé como nuestros cuerpos se levantan cada mañana, tampoco sé por qué nos creemos a pie juntillas lo que dicen los medios de comunicación, los supuestos entendidos, los que dictan los acuerdos sociales…vivimos a expensas de lo que otros dicen que hemos de vivir, que hemos de creer, que hemos de sentir, no nos paramos a diseñar relatos artísticos, creativos, amorosos, relatos bellos que nos proporcionen un descanso existencial mayor.
Podemos pintar los días del color que queramos, aunque no haya sol y esté lloviendo; tenemos la paleta, el pincel y los colores…qué nos falta para diseñar el cuadro a favor de nosotros mismos?.
Por qué nos empeñamos en creernos aquellos relatos que no nos sientan bien, los que nos enferman, nos asustan, nos angustian?.
Cuéntate solo las historias que hacen bien a tu corazón, dile a tu mente que deje los relatos de muerte y traza los pasos de tu vida que te lleven al bienestar del buen vivir, y que te tachen de loco, de ignorante o de ingenuo….atrévete a contarte los cuentos que tengan un final feliz para tí, digan lo que digan, escucha solo lo que te beneficia, qué sentido tiene lo contrario?.
Podremos vivir una VIDA libre de todo relato, una mente que apenas interpreta lo que vive, que sencillamente vive pegada al instante presente?.