Muchas veces nos sentimos incompletos, con la sensación constante de que nos falta “algo” para acabar siendo lo que somos; esa sensación de carencia la proyectamos hacia afuera, y vamos constantemente buscando “aquello” que nos acabe de completar, que muchas veces ni siquiera sabemos lo que es.
Esto es un saco sin fondo, cuando creemos haber llegado, surge otra sensación que nos vuelve a recordar que nos falta algo, más cosas, más relaciones, más experiencias, más títulos, otro trabajo, otro sueldo, otro puesto, otra pareja, nuevas emociones, más viajes….
Esta sensación ilusoria de la falta de algo, nos conduce a un estado de insaciabilidad permanente, estado que nos hace sufrir, nos genera ansiedad, y nos descentra completamente; porque para centrarnos necesitamos tener los dos pies bien anclados en nuestra propia tierra; y si uno de los pies está pisando siempre en tierra ajena, vamos a la deriva, fuera del presente.
Esto no quiere decir conformarnos con lo que ya tenemos, sino SER lo que ya somos.
Si nos fue dada una experiencia humana para vivir nuestra propia vida , es que ella contiene todo aquello que necesitamos para vivirla, que está dentro todo lo que nos viene dado y que perfectamente se contiene en nuestro particular contenedor lo que portamos.
Esta sensación de carencia muchas veces nos lleva a desear lo que otros tienen, a compararnos continuamente y a una carrera desenfrenada por un bienestar que nos resulta agotadoramente inalcanzable, porque lo situamos en un tiempo y en un espacio que está fuera del presente.
Todo lo que la VIDA nos ofrece se completa en el instante, si descansamos en esa minúscula porción de tiempo, descansamos profundamente, si salimos de ahí, nos desasosegamos queriendo completarnos en un futuro que nunca llega, añorando un segundo diferente a este que es el que estamos viviendo y es en el único que podemos descansar del todo; porque no podemos asegurar que el siguiente llegue.
Somos seres completos, por el sencillo hecho de existir, no tendría sentido haber sido creados a medias, para vivir la vida en nuestra totalidad.