Lo que SOY está tan dentro, que nadie tiene acceso
tan profundo, que nada que sea superficial puede comprenderlo
tan inalcanzable, que no hay cómo rozarlo
tan sagrado, que no hay posibilidad de profanarlo
tan regalado, que no puede ser asido
lo más íntimo de mi SER, no es tangible
ni robar, ni comprar, ni poseer, ni matar
no puede morir porque no ha nacido
es indestructible, es lo único permanente
no tiene forma, ni cuerpo, ni contornos
más hogar que cualquier cosa que me da cobijo
más yo que lo que considero mío
un abismo silenciado, un murmullo acallado
un hacerse sin dueño
un deslizarse sin esfuerzo
una atestiguación constante sin dueño conocido
una concavidad espaciosa
una vastedad ilimitada
un vacío sin rostro
un silencio de fondo
nadie defendiéndose de nada
nadie convenciendo a nadie
una quietud en movimiento
un vuelo sin alas
un segundo sin tiempo
los días sin calendario
un ruido sin sonido
una acción sin hacedor
una caricia sin manos
un amor sin amante
una nada repleta de todo
el lienzo en blanco que está de fondo
la profundidad última de todo cuanto existe
el principio sin fin, el origen
Ese es el YO SOY, sin mí.
El único lugar real de descanso
Todo lo demás es efímero.
